Cádiz a 4 de Junio de 2010
Intentaré exponérselo de otra forma y con todo el respeto. Sr. Presidente, imagínese usted que una noche, en un callejón le asaltan unos violadores, le desnudan a usted y en posición genuflexa y contra su voluntad le penetran por vía anal con un pene humano erecto. Casualmente, un guardia civil, ve la jugada y encarcelan al autor del acto. ¿Diría usted entonces que la libertad le hará verdadero?, ¿seguro?, ¿está usted seguro? Pero verdadero, ¿de que verdad?, ¿cual es la verdad?, no sé.
Supongamos Sr. Presidente, que está usted en la cárcel, recluido allí y tal. ¿Es usted libre en ese caso? Es decir, la libertad es un hecho físico o espiritual, abstracto. Sin embargo, la verdad, no cabe duda que es un ente abstracto, no se puede encarcelar a la verdad, de ahí que ella te haga libre. Por el contrario, la libertad, así sin más ni más, según el contexto y las circunstancias, en lo que te puede convertir, no es en un hombre libre, sino en un asno desorejado.
Un saludo, J. M. Mora
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