jueves, 31 de marzo de 2011

Alcalá Meco o El Puerto II

Cádiz a 1 de abril de 2011

Cuando el político objeto de nuestra crítica, de nuestro estudio, de nuestra reflexión, de nuestra observación o de nuestro padecimiento, hace alardes claros y manifiestos de no conocer el significado del concepto: vergüenza, o bien, no se siente identificado con él; entonces, en ese caso podríamos estar hablando de un "político sinvergüenza" o de unos "políticos sinvergüenzas", o simplemente de sinvergüenzas en estado puro que adoptan una forma grupal.

Puede resultar chocante, en estos casos, verse en la situación de tener que explicar o aclarar conceptos, que deberían estar mas o menos claros. Conceptos como que el dinero público, sí tiene propietario legítimo y este no es otro que el propio pueblo, es decir, el conjunto de ciudadanos que integran la nación. Que las libertades atribuidas ilegítimamente dentro de un estado de derecho, no te hacen verdadero sino delincuente y que restan libertades legítimas al resto de ciudadanos.

Subsecuentemente, resulta necesario aclarar que efectivamente un ciudadano que trabaja en la Administración, no por ello pierde su condición o carácter de ciudadano y por tanto se encuentra en igualdad de condiciones que cualquier otro. Por tanto, cuando hablamos de ciudadano, que éste trabaje en la Administración no le otorga un derecho superior al de otro que trabaje en cualquier otro oficio.

Sí, efectivamente, el estado de derecho tiene un sentido y sus principios constitucionales deben ser respetados, especialmente por los máximos representantes de la administración. Cuando esto no se hace, hay que hacer un análisis de cual es la gravedad de la infracción; determinar, mediante la investigación pertinente quienes son los responsables y ponerlos a disposición judicial para que den cuenta de sus acciones.

En unas circunstancias dadas, donde un grupo humano es víctima de acciones terroristas por parte de una minoría, no se puede pretender que se considere que se ha acabado con el terrorismo mediante la liberación de asesinos para calmar los instintos criminales de este sector minoritario. No, eso no es acabar con el terrorismo, eso es claudicar ante el terrorismo y por tanto legitimarlo, integrarlo, disimularlo, aceptarlo y someter a su padecimiento legítimo a quienes desde un primer momento han respetado unas normas constitucionales.

De nuevo, me permito recodar a Ramiro de Maeztu: —vosotros no sabéis porqué me matáis pero yo si sé porqué muero, muero para que vuestros hijos sean mejores que vosotros—,  o a Jesucristo: —Dios mío perdónalos porque no saben lo que hacen—. De alguna manera, en ambos casos se presenta un sacrificio personal mediante el que se pretende la liberación de otros. En nuestro caso, nuestro Ministro de Interior podría proclamar: —para liberaros os sacrifico—, pero ¿donde está su sacrificio? acaso en la dimisión.

El terrorismo no tiene cabida en una sociedad democrática. Si se perdonan las acciones terroristas a quienes las han practicado y a continuación se les integra en la jerarquía administrativa y a esto no se le considera colaboración con banda armada, entonces estamos hablando de una grave carencia. Hoy presenciamos un comportamiento que es similar al que practicarían unos "chorizos" en un callejón con unas navajas: —Que ese dinero no es tuyo, que es nuestro—. En realidad, requiere un esfuerzo considerable mirar hacia la bancada socialista y no recordar al patio de Alcalá Meco, o El Puerto II.

Un saludo, J. M. Mora

lunes, 28 de marzo de 2011

Jefes, cabecillas, abusones…

Cádiz a 29 de marzo de 2011

Sin duda, el hombre partidario de ideologías de origen marxista se considera intelectualmente en un nivel superior, más libre. Cree que liberado de sus ataduras morales o éticas y religiosas adquiere una condición más humana, sublime. Nace, sobre este caldo, el “batiburrillo” pseudo-ideológico de izquierda donde se puede decir una cosa y la contraria a conveniencia.

Sobre esta base voluble, se tiene la tendencia a hablar muy rápido de manera inconsistente, de forma que este fenómeno produzca perplejidad en la persona que tiene valores éticos y morales profundos, estén fundamentados sobre una base religiosa o no. Las palabras emitidas por su interlocutor suelen producir una pérdida de concentración en el adversario que intenta seguir el hilo conductor del razonamiento cuando tal razonamiento no existe.

Se trata de verter en el medio un gran número de conceptos que parecen tener cierto sentido por ser la impronta de algo que se ha leído recientemente, pero que en realidad no significan nada más que el deseo de confundir, de tergiversar, de confrontar, de sorprender, de dejar estupefacto al adversario en el debate político. Es una habilidad que como tantas otras posee el ser humano. La realidad que marca la diferencia es qué personas deciden emplear esta técnica, y qué personas deciden no emplearla.

En mi opinión los que deciden no emplearla, son personas íntegras y respetuosas con sus congéneres; los que deciden emplearla no tienen respeto hacia los demás. No es una cuestión de saber o no saber emplear esta técnica, que como tal, es susceptible de ser aprendida, es cuestión de querer o no querer utilizarla por lo deleznable de su profunda intención. Es sencillamente una conducta antidemocrática y nada tiene que ver con la libertad, precisamente es una medida que busca esclavizar al adversario ante la imposibilidad del diálogo en estas circunstancias, esa es la realidad.

Cuando se analizan todos estos argumentos esgrimidos en esta forma, labor que quizá no merezca gran atención, a la única conclusión que se puede llegar es a que son argumentos utilizados en beneficio propio y no del conjunto, y esto es algo que los hechos demuestran. Pero hoy aunque podamos tener más o menos clara esta circunstancia, los problemas sociales, amén de tener que tratar con esta clase de conductas, son muchos otros. Por ejemplo la manipulación a través de los medios de comunicación.

Existe una continua interpretación sectaria de la información, se oculta lo que no interesa al poder, por grabe que pueda ser el contenido de la información, y se ensalzan los éxitos aunque estos no tengan nada más que ver que con la imposibilidad matemática de fallar absolutamente en todo, aunque esta sea la verdadera intención. No es la primera vez que los agentes medioambientales juegan una mala pasada a la nación.

El adversario político, siempre ha utilizado muchos medios para confundir, engañar, tergiversar, confrontar, distorsionar… en lo que no se equivoca es en construirse una buena casa mientras crea tres millones de parados. Simultáneamente dice que no hará recortes sociales cuando el mayor recorte social es dejar a una persona sin la posibilidad de acceder a un trabajo y así podríamos estar eternamente, pero esto solo serviría para desgastarnos inútilmente.

Estas actividades están totalmente fuera del debate político, no les interesa el debate político, no te puede interesar el debate político cuando la ideología que defiendes es responsable de más injusticia, de más genocidio, de más asesinatos, de más desigualdad social y de más infelicidad que ninguna otra. Cómo te va a interesar un debate racional en estas circunstancias. Lo que te interesa es anular el debate y los métodos utilizados son esos: la manipulación, la mentira, la incongruencia, la cortina de humo, la confusión, la confrontación…

En definitiva, les da igual todo lo que pueda suceder, no les interesa para nada la nación, y una de sus armas principales es la manipulación a través de los medios de comunicación; así como el hecho de hacer uso del dinero público como si fuera propio. Hoy, el que por desgracia ostenta la presidencia del Gobierno tiene más poder que el Jefe del Estado, al cual solo le corresponde una porción ínfima del presupuesto general, mientras que éste otro se adjudica el presupuesto completo.

Un saludo, J. M. Mora

Charco

Cádiz a 29 de marzo de 2011

Lápiz y óleo sobre papel.




Un saludo, J. M. Mora

jueves, 10 de marzo de 2011

Españoles

Cádiz a 11 de marzo de 2011
La actividad parlamentaria tiene sentido en la unidad de la diversidad de ciudadanos que con libertad ideológica integran la nación española. Se trata de un diálogo, no de una confrontación, en el que como resultado del mismo se deben adoptar, por una vía democrática, las mejores ideas. Siempre, pensando en el interés general y en el bien común.
Cuando desde las más altas Instituciones del Estado, y más concretamente desde el Gobierno, se utiliza el debate político en el sentido de confrontar a la población se está haciendo un flaco favor a la democracia, al Estado y a la Nación. De hecho, en ese mismo instante se está destruyendo completamente el sentido del propio Parlamento que no es otro que el de la Unidad de los ciudadanos en una discusión que debe ser constructiva.
Considero; que éste es uno de los principales y más grabes errores, en lo que a servicio del Estado se refiere, ha cometido el ejecutivo. Si bien es verdad que no es el único, sí puede ser considerado el peor. Desafortunadamente, la Historia está plagada de enfrentamientos bélicos entre los hombres y si algo se puede sacar en claro es que a la finalización de los mismos no se pueden encontrar más que perdedores. Porqué habríamos de pensar entonces que de una situación de estas características, fomentada desde las propias Instituciones, iba a acontecer como resultado algo positivo para el conjunto. 
Por fortuna, España, no está en situación de confrontación con ningún otro país, y en este estado, el diálogo parlamentario debe ser constructivo. El diálogo, el debate político equilibrado, sensato y moderado debe ser la base sobre la que construir una política que marque un camino de prosperidad; donde deben ser seleccionadas, democráticamente, las mejores aportaciones que cada cual pueda ofrecer independientemente de su adscripción ideológica.
Muchos historiadores y analistas políticos coinciden en declarar que un político pasa a ser un estadista, cuando deja de pensar en las próximas elecciones para pasar a pensar en las próximas generaciones. Es posible que esto sea cierto, pero de lo que no cabe duda es de que un político debe pensar ineludiblemente en las generaciones presentes. Su política debe incluir un sentido de futuro, sobre este aspecto tampoco deben existir dudas, pero como se comprenderá, las circunstancias presentes deben jugar un papel importante en toda buena gestión política. 
Está bien perseguir la utopía, no digo que no, la historia nos demuestra que lo que ayer fue tal cosa hoy es una realidad. Pero lo que no es sensato es intentar alcanzarla a toda costa, aunque para ello deban ser sacrificadas las vidas de los que hoy forman parte del presente, de la realidad presente. 
Nuestra gestión política se ha excedido en estos términos y los resultados no se pueden ocultar, ni tampoco pretender convivir con ellos en un permanente intento de justificar lo injustificable. En aras de un futuro incierto, hemos sacrificado un presente concreto. Hemos dilapidado nuestras armas de combate y ahora nos enfrentamos a una situación difícil de superar y que exigirá grandes esfuerzos por parte de todos.
Debemos tomar consciencia de los daños sufridos en el sistema como consecuencia de una forma de hacer política errónea; quizá más errónea en las formas que en el fondo y quizá también estas formas han terminado destapando el verdadero fondo. 
Detectados los daños, debe evaluarse cual ha de ser la mejor actuación y se deberán tomar medidas que en muchos casos estarán orientadas hacia una reducción del gasto público y hacia la austeridad. Se deben pedir esfuerzos y la contribución de todos a la restitución del equilibrio económico y a la recuperación de las garantías. 
Nuestra meta debe ser una economía sostenible, unas garantías sociales sostenibles y la mejora en la calidad de vida de los ciudadanos, esa es la función del ejecutivo, y el que se quiera dedicar a otra cosa que se dedique a otra cosa y que contribuya con su esfuerzo, en la medida que marca la ley, al gasto público; pero que no se dedique a la política.
El político debe tener una vocación de entrega en el servicio a los demás pero sobre todo debe saber muy bien desarrollar una política austera. Esto es fundamental en la gestión de los recursos de un país y sin ella no se puede hablar de entrega a la nación. 
Dicho más claramente, no se puede conjugar el despilfarro con el buen servicio a la patria, si ambos conceptos se utilizan de modo simultáneo en la actividad política, entonces de lo que estamos hablando no es de servicio sino de engaño.
Un gobierno que hace un continuo alarde inexpresado de falta de control del gasto no puede exigir a los ciudadanos un esfuerzo mayor. En tales circunstancias, se carece de argumento ético sólido. Sin duda, la recuperación del correcto funcionamiento de los mecanismos del Estado, pasa por la solicitud de un esfuerzo conjunto, pero si nuestro ejecutivo no está en condiciones de solicitar este esfuerzo, el camino de la recuperación no es otro que el cambio de gobierno.
Se pueden esgrimir excusas: todas las imaginables. No obstante, el hecho de que intentemos excusarnos constantemente no oculta una realidad evidente que sin duda es consecuencia de nuestras actuaciones. Citaré ahora a Abraham Lincoln: "Se puede engañar a algunos todo el tiempo y a todos algún tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo". 
Sin duda, la población debe ser informada de cuales son los problemas que padece hoy nuestra economía, y sin duda, se les debe aportar también soluciones. Una parte importante de éstas, viene de la mano de los emprendedores y esto debe ser conocido por los ciudadanos y se les debe explicar claramente. Pero cuando se demande el esfuerzo de su creatividad se debe tener muy presente desde el orden político, y desde cualquier orden social que la creatividad bajo presión no es creatividad sino explotación. 
El Estado, entre otras, tiene la misión de estimular adecuadamente los recursos creativos de los ciudadanos, pero esto debe gestionarse adecuadamente. La creatividad es un arma que juega un papel importante en la defensa de la patria pero se debe recurrir a ella con respeto y en el sentido de coadyuvar y de fomentar, no en el sentido de obtener beneficios. El deseo de obtener beneficios rápidos, a corto plazo, puede ser uno de los principales elementos que han contribuido al colapso del sistema económico internacional.
Máxime cuando se trata de nuestros propios conciudadanos, de nuestros vecinos, de nuestros hermanos y de nuestros amigos, incluso de nuestros enemigos, el respeto debe ser aún mayor y en ningún caso se debe permitir que se instaure una sensación de necesidad de presionar la creatividad que conduzca al bloqueo de la misma. 
Nuestro ejecutivo, no ha dado muestras precisamente de mesura en la gestión. De modo, que se puede deducir que no está capacitado para controlar estos factores en la medida que las circunstancias exigen, por tanto una vez más el proceso de recuperación económica y de estabilidad de las Instituciones que nuestro Estado requiere no puede en ningún caso venir dado como fruto de la actividad política de nuestros dirigentes actuales. 
España, necesita un cambio de Gobierno, un cambio en la gestión política; otra forma de hacer política que sin duda ya se ha practicado en el pasado, y a cuyos artífices debemos estar agradecidos.
Un saludo, J. M. Mora 

miércoles, 9 de marzo de 2011

Cambio de Gobierno

Cádiz a 10 de marzo de 2011

Hoy, tengo la absoluta convicción de que el cambio es posible es España. Nuestra nación a vivido en los últimos tiempos un período de debilitamiento, como consecuencia de la mayor crisis económica internacional sufrida en los últimos cien años. Bien es verdad, que la negación de la evidencia y una política desacertada no han contribuido a minimizar las consecuencias de esta excepcional situación.

Ahora, nos encontramos con un escenario en el que muchos países que han sabido prever este incidente y que han tomado anticipadamente medidas que atenuasen los efectos de la debacle económica, se encuentran en vías de recuperación. Este hecho les ha situado en una posición de privilegio, permitiéndoles encaminar adecuadamente una senda en la que su sentido de la previsión les conduzca a afianzarse en los mercados internacionales con mayor solidez.

Nosotros, no hemos tenido la fortuna de hacer estas previsiones. Hemos estado durante años negando la evidencia y no hemos tomado las medidas que debían haberse tomado. Hemos permanecido al margen de una realidad económica que ha terminado por imponerse. Mientras otros países se encuentran en franco proceso de mejora y de avance, nuestra economía permanece estancada como consecuencia de la falta de previsión y de la ausencia de toma de decisiones adecuadas.

¿Pero?, ¿Quienes son los encargados de prever este tipo de situaciones? En primer lugar los observadores financieros; no obstante, no es suya la responsabilidad de responder adecuadamente ante las circunstancias. Su misión es informar de lo que ocurre y es el ejecutivo el encargado de tomar, con el aval de los expertos en la materia, las decisiones más adecuadas en aras de solventar en las mejores condiciones la situación que se plantea.

Pues bien: Todo esto no se ha hecho, y los que debieron haber actuado adecuadamente y no lo hicieron son los miembros del ejecutivo. Y ahora no vale decir que estamos ante una coyuntura de crisis internacional y que la culpa es de los mercados financieros. No, no se puede estar permanentemente eludiendo las responsabilidades y culpando a los demás de nuestros errores. Hoy es el momento en el que ya esto no se puede decir porque estaríamos faltando deliberada y flagrantemente a la verdad.

Hoy es el día de asumir las responsabilidades por nuestra gestión, y esto no se hace. Aún hoy se continúa recurriendo a la falsedad o a la tergiversación de los datos; buscando ganar tiempo hasta las próximas elecciones y negando una evidencia, que cada día es más notoria, a una población que paga de su bolsillo las consecuencias de una política errónea en lo económico y maniquea en lo social.

Cuando no se asumen las responsabilidades, se permanece en una posición en la que se puede deducir que los intereses del conjunto de la nación, no forman parte de las preocupaciones de sus gobernantes. Se entra de este modo en un proceso dinámico de desprestigio de las Instituciones que son pilares estructurales esenciales de nuestro Estado de Derecho.

Este escenario no es bueno para el país, y se deben determinar muy claramente quienes son los responsables de que esto sea así. Hacer un diagnóstico preciso del problema es fundamental para encontrar la solución al mismo y en nuestro caso es más necesario que nunca.

Se nos ha estado confundiendo desde múltiples frentes, con políticas que no formaban parte del debate social. Se han tomado medidas y ejecutado acciones disparatadas, en muchos casos. Se ha desarrollado una política cuyas consecuencias han demostrado ampliamente ser rigurosamente fallidas. No se ha optado por la mejora de la competitividad sino por un incremento del gasto inadecuado.

Bien es verdad, que el escenario político internacional en lo económico no ha sido ningún espejismo, no se puede negar que ha existido un escenario desfavorable. Pero también es verdad que se ha brindado a los gobernantes armas más que suficientes para combatir la debacle de los acontecimientos. Sin embargo, un sinfín de decisiones desacertadas han terminado por permitir que nos encontremos afectados por la crisis. Mientras tanto se nos dibuja un panorama difícil de superar. dado que los recursos han sido erróneamente despilfarrados.

Por tanto, no se puede negar que la crisis ha existido, pero tampoco se puede negar que hay países que han sabido superarla sobradamente. Por otro lado, no se puede negar que hemos tenido armas para combatirla, como las han tenido también otros países, pero que no hemos sabido o no hemos querido utilizarlas. Y, como si no fuese suficiente con un panorama que se dibujaba difícil aún rescatando el recuerdo de confrontaciones del pasado, y esto ha sido un grabe error. Ha sido una estrategia política que más parecía diseñada para destruir a la propia nación que para liberarla de las dificultades reales.

Tampoco se puede culpar a una sola persona por estos hechos, pero sí a una determinada forma de hacer política. Todos somos responsables de lo sucedido, pero también debemos ser conscientes de que hay que asumir la realidad. La realidad es que con nuestras cifras, consecuencia de nuestra política, nuestra garantías sociales son insostenibles y por lo tanto nuestro bienestar social entra en proceso de regresión y nuestro estado de derecho se resquebraja.

Debemos preguntarnos: ¿Es esto lo que queremos? ¿Queremos una sociedad donde nuestras pensiones no estén garantizadas? ¿Queremos una sociedad en la que nuestro poder adquisitivo se devalúe cada año? ¿Queremos una sociedad en la que nuestros jóvenes no encuentren empleo? ¿Queremos no poder acceder a una vivienda digna? ¿Queremos ser desempleados permanentes mientras otros juegan con nuestros intereses y con nuestro dinero?

Nuestra situación es de regresión, nos encontramos ante un panorama ya dibujado más de una década atrás. Nuestros dirigentes nos han hecho retroceder en el tiempo mientras otros países avanzan y mejoran la calidad de vida de sus ciudadanos. Nuestros dirigentes nos han hecho más pobres, más enfrentados y con menos capacidad de recuperación que nuestros vecinos de la Unión. Hoy ellos son aún más ricos de lo que ya lo eran antes, y nosotros no hemos mejorado sino retrocedido. No han contribuido a limar las diferencias, han contribuido a acentuarlas, nos han posicionado internacionalmente en una situación desfavorable, nos han hecho retroceder en el ranking, no estamos en la Champions Leage, nos han hecho descender a segunda división.

Pero nuestra nación es grande, lo ha sido en el pasado, porque grande es su gente, y confío en que lo volverá a ser porque forma parte del espíritu emprendedor y de superación de nuestros hombres y de nuestras mujeres. Sin embargo este proceso de recuperación debe estar bien dirigido, por personas capaces, formadas y que se dejen asesorar por los mejores. Gentes que sepan tomar las decisiones correctas y gente que sepa valorar el esfuerzo de sus ciudadanos. Personas que sepan exigir cuando hay que exigir esfuerzos pero que también tengan el don de saber agradecerlo y que no den muestras de que eso de la austeridad no va con ellos, porque eso que ellos gastan solo es el chocolate del loro.

No, esto no es cierto, no debemos dejarnos engañar por personas que bajo la excusa de que sus gastos superfluos, y en muchas ocasiones ridículos, no suponen un grabe deterioro para el conjunto de la economía nacional, porque esto no es cierto. Un dirigente político debe cuidar estos detalles; de lo contrario la confianza en sus doctrinas ha de desaparecer ineludiblemente, por el bien de todos.

Un político efectivo, un buen político, un dirigente político, debe tener la capacidad de diseñar una estrategia política de actuación en bien del conjunto de la nación. Debe tener la capacidad de tomar las decisiones acertadas. Puede equivocarse y es importante saber rectificar y no tener miedo a hacerlo. Lo que debe valorarse es el conjunto de su obra. Y además todo ello debe ir acompañado de buenos gestos, gestos que sean congruentes con su política, gestos que no confundan a la población. Los ciudadanos deben percibir una integridad entre lo que se predica y lo que se hace. Lo contrario solo es la manifestación d una forma de política engañosa que persigue fines obscuros.

El resultado conjunto de la actuación de nuestros dirigentes, hoy no puede ser más desastroso. Esto debería ser suficiente para que de motu proprio dimitiesen, pero aquí no dimite nadie, se estiran los cargos y los mandatos hasta sus últimas consecuencias, dejando de lado los intereses de la nación, de la población. Esta forma de actuar no es buena para España porque entraña una pérdida de valores absoluta y sin valores éticos una sociedad está perdida y se encamina a su propia destrucción; se pasa a un sálvese quien pueda y esa no es una situación deseable.

Por tanto, es verdad que han existido unas circunstancias económicas desfavorables. También es verdad que se contaba con recursos suficientes para afrontarlas. Es cierto que se ha negado la realidad hasta cuando ya ha sido inevitable, cuando nos han tenido que venir a decir que no estábamos actuando correctamente; cuando han tenido que venir a dirigirnos y decirnos lo que tenemos que hacer y a vigilarnos como si no supiéramos cuidar de nosotros mismos.

Hemos cometido muchos errores en el pasado, pero debemos aprender de ellos. Se puede decir, sin temor a equivocarnos, que se nos ha manipulado y que se nos ha confrontado; pero debemos mirar el resultado conjunto de estas políticas y debemos separarnos de este modelo. No debemos volver a caer en el error de elegir mal a nuestros dirigentes, porque las consecuencias solo las pagaremos nosotros mismos.

La sociedad española debe caminar conjuntamente en una misma dirección, alejados de absurdas confrontaciones, pero sobre todo apartándonos de aquellos que quieren confrontarnos. Debemos intentar comprender porqué tienen este deseo de confrontación y una vez más ver cual es el resultado de su política; preguntarnos porqué les interesa el río revuelto.

España ha sufrido los mayores recortes sociales de la historia de nuestra joven democracia, cuando se alardea incesantemente en los mítines de que esto no sería así bajo ningún concepto. Pero no debemos dejarnos llevar por la desilusión por que todo lo perdido será recuperado y mejorado con el cambio político.

Hay Comunidades Autónomas que ocupan grandes espacios del territorio nacional que no han tenido otro modelo de gobierno, otro tipo de política verdaderamente social desde que constituimos la forma política de nuestro Estado y nos dimos nuestra Constitución, que pasó a ser guía de todo nuestro Ordenamiento.

En estas Comunidades, hoy, la corrupción y el pelotazo administrativo están institucionalizados y ya nadie se alarma cuando se descubren casos verdaderamente sangrantes de malversación de fondos públicos. Nuestra sociedad parece anestesiada por la aparición continua e incesante de este tipo de noticias. Pero es una sociedad que debe despertar de ese letargo.

Debemos ser exigentes con nuestros líderes políticos y no permitir que los fondos del estado sirvan para fines que no sean garantizar el bien común, y no el privado de unos pocos privilegiados. Lo mejor que le puede ocurrir a un político corrupto, corruptible y corruptor es encontrarse con una sociedad rendida, con una sociedad entregada que continúa regalando el fruto de su esfuerzo a empleados públicos que adolecen de una completa falta de pudor para con el ciudadano.

El momento del cambio ha llegado, y es mejor que sea cuanto antes.

Un saludo, J. M. Mora


martes, 8 de marzo de 2011

Puch Cóndor

Cádiz a 9 de marzo de 2011

Quiero aprovechar este sublime momento para expresar con toda claridad que la corrupción en la Comunidad Autónoma de Andalucía apesta de toda pestilencia. Huele mal en lo económico pero no mejor en lo judicial. Efectivamente, se trata de un modelo de corrupción sistémica que se inició en esta comunidad con la toma del gobierno por el partido socialista. Partido que es conocido desde sus inicios por sus andanzas fuera de la legalidad cuando la situación no les favorece.

El hedor andaluz mana como virginal fuente de la Junta de Andalucía, su pestilencia es grande. Huele a sobaco rancio y a cateto-burro sobre puch cóndor, mercenario de mulos enchaquetados, de borricos. Recuerdan, en cierto modo, a Pepito; con sus camisas de panadero. 

Un saludo, J. M. Mora

Ramiro de Maeztu

Cádiz a 9 de marzo de 2011

"Ramiro de Maeztu, Escritor e ideólogo español, nacido en Vitoria el 4 de mayo de 1875 y asesinado el 29 de octubre de 1936 en Aravaca, de madrugada, tras una saca de la madrileña cárcel de las Ventas, donde la República le mantenía detenido desde el 30 de julio de 1936".

"Al inicio de la Guerra Civil Española, fue detenido por fuerzas republicanas y encerrado en la madrileña cárcel de Ventas el 30 de julio de 1936. Murió fusilado en el cementerio de Aravaca el 29 de octubre de 1936, víctima de una de las sacas (ejecuciones extrajudiciales) que se efectuaron en el Madrid republicano, y se intensificaron durante los meses de octubre y noviembre de 1936. Sus últimas palabras fueron: "Vosotros no sabéis porqué me matáis, pero yo sí sé por lo que muero: ¡Para que vuestros hijos sean mejores que vosotros!"".

Se puede hacer también mención a Jesucristo en el umbral de su ejecución cuando dijo: "Dios mío, perdónalos, porque no saben lo que hacen".

Sin embargo, en mi caso no soy Ramiro, tampoco Jesucristo; ni aspiro a serlo. Quiero decir con esto que el pasado día 12 de febrero, en la madrugada que va del viernes al sábado pasé toda la noche estudiando y desarrollando un trabajo de actividad en la esfera intelectual. Al transcurrir unas ocho horas ininterrumpidas de estudio, a eso de las siete de la mañana salí a la calle a estirar las piernas y me dirigí a un establecimiento a comprar. A la vuelta a mi casa por la soledad de una calle fui asaltado por cuatro personas que estuvieron dándome golpes en la cabeza desde todas las direcciones hasta derribarme en el suelo donde comenzaron a patear mi cabeza fuertemente. Se detuvieron cuando uno de ellos dijo: —ya, que lo vamos a matar—

Fui trasladado por la policía al hospital, donde se me detectó fractura de la órbita derecha sobre la que finalmente se decidió no intervenir quirúrgicamente. 

Una vez fuera del hospital a eso de las nueve y media de la mañana me dirigí hacia mi casa para retomar el trabajo. Tenía instrucciones del hospital de permanecer al cuidado y observación de otra persona pues los golpes y patadas en la cabeza habían sido muy fuertes.

Me encontraba solo, en mi casa, así que decidí que no dormiría durante veinticuatro horas y continuaría con el trabajo que estaba haciendo a pesar de las contusiones, y eso hice.

Como consecuencia de una ligera pérdida de concentración perdí involuntariamente todo el trabajo que había hecho hasta ese momento y que se encontraba en el escritorio del pc. Esto me llevó a tener que comenzar de nuevo y eso hice hasta transcurridas unas treinta horas entre analgésicos, inflamación y dolor intenso. 

Finalmente después de terminado todo el trabajo hice un comentario desafortunado sobre el que en días posteriores pedí disculpas.

Vuelvo a repetir que no soy Ramiro de Maeztu, ni tampoco Jesucristo, y que no aspiro a serlo. Yo solo soy un ciudadano y mi única arma es la palabra, eso es todo. Mi palabra nace de mi cerebro, del cerebro que en suerte natural me ha tocado. Bueno o malo, sin duda, vilmente pateado no piensa igual que en condiciones normales. Por ello, ruego se comprenda esta particular situación vivida y ruego no se me tengan en cuenta esas palabras desafortunadas, si bien es verdad que las escribí. Una vez más pido disculpas por estos hechos y agradezco la amabilidad del lector.

Quizá, cuando una persona tiene solo el arma de la palabra y ninguna otra la única forma de explicar o de intentar explicar lo sucedido es igualmente la palabra.

Estas cosas no suelen ocurrir cuando se viaja en Falcon 900, supongo.

Un saludo, J. M. Mora

lunes, 7 de marzo de 2011

Proyecto de discurso

Cádiz a 8 de marzo de 2011

El estado de la economía española es un estado de estancamiento y de regresión, y la causa de estos procesos se puede encontrar con facilidad, sin la necesidad de un análisis profundo, en la gestión política de nuestro actual Gobierno. 

Un Gobierno, que en el principio de su primera legislatura manifestó la necesidad de una Alianza de Civilizaciones, pero también un gobierno que se encargó de diseñar toda una estrategia propagandística, en muchos casos falseando u ocultando realidades históricas, destinada a la confrontación ciudadana.

Cabe preguntarse: ¿Qué es España, sino una Alianza de Civilizaciones? Y, sobre todo, ¿cuales eran los verdaderos objetivos tras estas manifestaciones iniciales si simultáneamente se dedicó a rescatar odios del pasado, a avivar discordias y a cargarlas nuevamente con argumentos de falso maniqueísmo?

En muchas ocasiones, se ha acusado a este gobierno de hacer manifestaciones y de tomar decisiones que han sido catalogadas de "buenistas", sin embargo yo quiero matizar que este calificativo que se ha dado a una determinada forma de hacer política no es del todo correcto, referido a nuestros dirigentes, sin el añadido de falso; es decir, se ha desarrollado una política de "falso buenismo".

"Falso buenísimo", porque no tiene sentido fomentar una Alianza de Civilizaciones cuando simultáneamente se confronta a la propia población de tu país que es cuna de la interacción de pueblos. Y sobre todo, porque ¿cuales son nuestras verdaderas intenciones, cual es nuestra verdadera idiosincrasia como individuo, cuando queremos manifestar internacionalmente la necesidad de una Alianza de Civilizaciones, mientras confrontamos a la población de nuestro propio país?

Creo que esta circunstancia contradictoria nos debe hacer reflexionar sobre la verdadera identidad de nuestro ejecutivo, y que debemos tener presente que si bien hoy los principales problemas de la gestión política que padecemos son la corrupción de todos los órdenes de la vida en sociedad y la mentira, esta última viene practicándose deliberada y premeditadamente desde el inicio de la primera legislatura del actual período político.

Es necesario comprender que España se embarcó en una nao con el capitán equivocado. Es necesario tener claro que la confusión, la continua cortina de humo, la confrontación y el disparate han sido las armas utilizadas por un ejecutivo que no ha tenido más interés que el suyo propio, y las consecuencias de esta conducta están a la luz de todos y se siguen manifestando con total impunidad cada día.

Para saber hacia donde nos dirigimos, es necesario saber en primer lugar de donde venimos. Debemos saber cual es el modelo de política que nos ha conducido hasta la actual situación. De esa forma podremos saber cuales son los errores que hemos cometido y cuales han sido las consecuencias de nuestros errores. Así, sabremos cual es la mejor solución y cual es el camino que nos devolverá más pronto que tarde a una senda de recuperación y de equilibrio social.

Posiblemente la falta de aceptación o de percepción de la realidad por parte del gobierno, durante mucho tiempo, en el sentido de negar la presencia de una situación de crisis; pueda tener un origen determinado, en parte, por la convulsión social que vivimos en el terreno de las comunicaciones que en ocasiones pueden producir ciertas distorsiones perceptivas. 

Éstos fenómenos son estudiados en la actualidad con respecto a los jóvenes estudiantes, de manera que se pretende determinar la afectación que sufren en cuanto a la percepción del mundo que les rodea como consecuencia del uso de las nuevas tecnologías que hoy forman parte integral de la vida de nuestras familias.

En cualquier caso los números cantan y la realidad económica se impone con crudeza en forma de incremento masivo del número de desempleados, familias que no llegan a fin de mes y recortes sociales de toda índole.

Quizá ante tiempos convulsos y ante circunstancias cambiantes los individuos más dotados o con mejor capacidad de adaptación sean los que logren solventar las dificultades y en definitiva aquellos capaces de sobrevivir. En nuestro caso, parece ser que nuestro ejecutivo a comprendido muy bien esta situación internacional y a sabido adaptarse extraordinariamente bien a ella, lo cual sería loable de no ser por que su proceso de adaptación a corrido a cargo de los presupuestos generales del estado y por ende a costa de los ciudadanos a quienes, por contra, se les ha otorgado un incremento de las dificultades.

Un saludo, J. M. Mora



        

domingo, 6 de marzo de 2011

Corrupción en Villamartín

Cádiz a 7 de marzo de 2011 

Sevilla, 17 de diciembre de 2008. BOJA núm. 249, Página núm. 5. Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa. Orden de 9 de diciembre de 2008, por la que se establecen las bases reguladoras de un Programa de Incentivos para el Fomento de la Innovación y el Desarrollo Empresarial en Andalucía y se efectúa su convocatoria para los años 2008 a 2013.

Ésta es la Orden, a través de la cual y mediante la Agencia IDEA, la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa de la Junta de Andalucía regula una serie de subvenciones cuyos fondos pueden ser cofinanciados en un 80% desde el Fondo Social Europeo.

Por ejemplo, en el documento de resolución de la concesión de una ayuda bajo este marco, en concreto para la creación de una empresa; se dice: "…3. La persona beneficiaria de los incentivos está obligada al cumplimiento de las siguientes condiciones: …b) Realizar la actividad que fundamenta la concesión del incentivo y a mantener la condición de autónomo, acreditada en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos de la Seguridad Social o aquel que legal o estatutariamente le corresponda, durante al menos un año a contar desde la fecha de inicio de la actividad para los proyectos de la Línea Creación o desde la fecha de presentación de la solicitud de incentivos para los proyectos de Consolidación y Modernización".

Más adelante, dentro del mismo punto 3 y en el apartado d), se habla de unas condiciones adicionales; …"d) Condiciones adicionales: 1. Causar alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos de la Seguridad Social o aquel que legal o estatutariamente le corresponda. Esta condición deberá acreditarla mediante la presentación, por vía telemática o por el registro de la Gerencia, en los cuarenta y cinco días siguientes a la recepción de la presente resolución, del informe de vida laboral actualizado. Mientras no sea aportado el citado documento quedará en suspenso la tramitación del pago de los incentivos aprobados".

Un poco más adelante, en la misma resolución, se dice; …"8. Los incentivos a fondo perdido concedidos se abonarán: 8.1.) De forma anticipada en firme con justificación diferida cuando el importe no supere los 6.050 Euros. 8.2.) —Un primer pago correspondiente al 75% del importe total se abonará en firme con justificación diferida. —Un segundo pago correspondiente al 25% restante del importe total, se realizará una vez realizada la justificación del proyecto y verificado el cumplimiento de las condiciones y obligaciones previstas en la presente resolución y en la Orden reguladora".

Todo ello infrascrito por D. Manuel Recio Menéndez y firmado por el Consejero de Empleo; por delegación, el/la Gerente Provincial de la Agencia de Innovación y Desarrollo de Andalucía, Mellado García Rosa María.

La Agencia IDEA, considera a la luz de este texto de resolución que un ciudadano objeto de incentivo recibirá el 75% del mismo cuando demuestre estar de alta como autónomo y el 25% restante al pasar un año en este estado, es decir, como autónomo.

Si en algún caso se ha producido que un beneficiario de la ayuda se haya dado de alta como autónomo un día concreto, más tarde haya recibido la ayuda, y luego se haya dado de baja sin transcurrir los correspondientes doce meses de alta como autónomo; entonces, en ese caso estaríamos hablando no solo de una estafa sino de una doble vara de medir a los ciudadanos solicitantes, lo cual constituye en mi opinión un hecho más grave que el propio del delito de malversación de caudales públicos. Se trataría de un procedimiento de discriminación sectario que busca o persigue una selección antinatural.

Un saludo, J. M. Mora. 



miércoles, 2 de marzo de 2011

John Wayne Gacy, Jr

Cádiz a 3 de febrero de 2011

"Empeñaré todo el esfuerzo del Gobierno que forme en combatir la corrupción y en combatir la mentira, creo que los dos elementos son los dos elementos que contaminan el aire que respiramos en la vida política". Felipe González Márquez.

John Wayne Gacy, Jr. 

*El siguiente post puede herir la sensibilidad del lector*

"Pogo" era un hombre de aspecto bonachón y regordete, muy querido y conocido en su ciudad por sus numerosas fiestas a las que solía invitar hasta a trescientas o cuatrocientas personas. La propia policía incluso le sugirió participar en la política pidiéndole que se presentase como concejal.

Tras sus celebraciones los asistentes solían comentar que se lo habían pasado muy bien y que "Pogo" era un hombre muy amable, cariñoso y divertido; pero que en su casa olía muy mal.

Los vecinos, que tenían que soportar el hedor constantemente, a veces y a pesar del cariño que le tenían a "Pogo" perdían los nervios; y se presentaban en su domicilio para comentarle que solucionase el tema del olor nauseabundo que manaba de su jardín. Él, simplemente contestaba —sí, ya lo arreglaré— y eso era todo. 

Así, fueron pasando los años entre mal olor y felicidad. "Pogo", siempre contestaba —ya lo arreglaré—, o bien —sí, voy a llamar al fontanero—. La gente se alejaba enfadada de su casa por la ingenuidad de sus respuestas a pesar de la anómala situación y la permanencia del olor.

Finalmente, se descubrió que bajo la casa de "Pogo" yacían treinta y tres cadáveres fruto de las violaciones y asesinatos que solía practicar con los jóvenes que trabajaban en su empresa de decoración.


No con el ánimo de comparar, sino con el de intentar comprender la situación que se nos plantéa como consecuencia del peculiar comportamiento de nuestro gobierno he optado por narrar la historia de este payaso. 

En el escenario se nos presenta una apariencia de felicidad que en muchas ocasiones recuerda la risa de un payaso y este hecho puede producir cierta falsa apariencia de normalidad. Simultáneamente el hedor está representado por unas cifras de paro, de mentira y de corrupción que marcan récord. 

Finalmente cuando "Pogo" es desenmascarado el escenario aparece arrasado, desolado por el crimen. Sólo quedan cadáveres y agujeros bajo la casa, si bien, el hedor se marcha tras de sí.

Un saludo, J. M. Mora