Cádiz a 22 de Junio de 2010
Parece ser que la sabiduría “pesebril” salobreña, opina que las avispas se meten con los mejores frutos. Aplíquese usted el cuento y no mire la paja en el ojo ajeno. Cuando se mete usted con la derecha se ha metido usted en un vergel de frutos y de vida, y no lo ha hecho como una avispa que es fina y delicada sino como un moscardón con sotana, relamido y goloso.
El fanfarrón vive y mata, lleva toda la vida matando y muere matando. El fanfarrón es asesino, burro y gay. “Fanfa” está contra el “zistema” o contra “er zistema” que según él no es lo mismo. “Fanfa” es borracho y aficionado al eructo, le gustan las cajas de coca cola de plástico; es su bodeguita hortera. Pero hoy no se llama anarcosindicalista ni anarquista ni antisistema, hoy se llama “asustaviejas”, “asustaamasdecasa” y “asustatodoloquesemenea”. “Fanfa” es criminal congénito, es asesino.
No me planteo perdonar al asesino, porque su energúmena existencia me produce hastío y no soy nadie para perdonar. El fanfarrón no necesita ni quiere mi perdón, ni tampoco quiere ninguna reconciliación, siente un odio profundo el pobre aspirante a la inmortalidad, el “maricón”, el “mariconazo grande y profundo”. Mi alma se carcajea de semejante verraco que era, ha sido y será asesino siempre por más que acuse a ninguna Dictadura durante la que continuó asesinando y aun hoy.
El fanfarrón asesino, flaco intelectual y sapo.
Un saludo, J.M. Mora
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