domingo, 6 de junio de 2010

Alfredo, ¡mira al frente!

Cádiz a 6 de Junio de 2010

Estimado Sr. D. Alfredo Pérez Rubalcaba, quiero decirle que no comparto su opinión acerca de que los comentarios de los profesionales del Partido Popular hagan daño a España. Supongo que tiene usted noticias sobre las cifras de paro, el déficit y la falta de credibilidad internacional que ha alcanzado España bajo su gobierno. No creo que sea todo culpa de una especial situación internacional, de todas formas me atrevo a recomendarle que no se fije tanto en la oposición e intente gobernar.

Por otro lado, si tuviese usted el mínimo sentido patriótico, ético y moral, así como capacidad de ver la realidad, a estas alturas debía ya haberse dado cuenta de que el Sr. Presidente actúa, en su supuesto liderazgo, como una persona que no está en su sano juicio. Debería haber removido en su partido la búsqueda de alguien que al menos tenga sentido de la realidad y apartar a esta persona de su puesto, dado el daño que está ocasionando a toda la estructura de nuestra nación.

Ahora que lo pienso, usted, como el Sr. Presidente, tiene esa característica del movimiento de cabeza extraño, desacompasado; aunque en otra variante. Ninguno de ustedes dos tiene una mirada firme, y claro, esto en un líder político supongo que no es una buena condición. Es algo que se puede interpretar, una vez detectado, como un intento de ocultar algo, como un engaño subyacente. Le otorgaré a ambos, no obstante, el beneficio de la duda y consideraré que podría ser un principio de Parkinson.

Se pueden hacer mil propuestas para acometer la salida de la crisis, recuperar la credibilidad internacional, recuperar la credibilidad de los mercados, reducir el déficit, crear empleo, fortalecer el Estado, devolver la credibilidad en la administración de justicia y en todas las instituciones, pero de lo que no cabe ninguna duda es que todas y cada una de ellas no tienen sentido alguno en el escenario del actual Gobierno. Por tanto, con todo el respeto, mi recomendación es que abandonen.

Un saludo, J.M. Mora

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