lunes, 27 de septiembre de 2010

Sobre Manes, la retroalimentación positiva-inversa de Kant y el consumo de barbitúricos

Cádiz a 27 de septiembre de 2010

Durante los meses circundantes al inicio de la crisis, relacionada con las armas de destrucción masiva, la palabra de moda entre la jerarquía chiriqotera era: “maniqueo”. Todo chirigotero que se tuviese a sí mismo en aprecio debía pronunciarla, en alguna de sus modalidades, al menos una vez al mes. Esto, sumado al hecho de incidir con la punta de los dedos sobre el occipucio, durante el transcurso de una entrevista televisiva, eran los requisitos para adquirir el carné de progre.

Si por algo se caracteriza la vorágine pseudo-política zapaterita es por el uso indiscriminado de la doctrina de Manes aplicada perversamente a diestro y siniestro. La adicción al uso de esta sistemática inductiva conduce a situaciones tan rocambolescas como la de encontrarse ante una huelga general y que la población no tenga claro contra quien, ni para qué se hace. Y es que la doctrina esencial del gobierno es culpar insistentemente a la oposición hasta de que salga el sol.

El gobierno se comporta como una mofeta adicta al hurto que ataca insistentemente con su Infra-cola a la oposición, acusándola de ser responsable del alzamiento, de haber engendrado a Franco, de haber instigado a Eva para que Adán comiera de la manzana, de ser responsable del inicio de la segunda guerra mundial y de que el ser humano sea alumbrado con dolor; y la cosa es que tienen razón, la derecha es responsable de todo esto y de mucho más que no se atreven a decir por la represión.

El caso es que las huelgas se producen, y en ellas, entre la masa, se oirán, nacerán, las proclamas que verterán al éter el sentir del pueblo, se quiera o no se quiera; entonces, y solo entonces, se sabrá contra quién es esta huelga. Luego, el ser de izquierda, es decir, el perverso maníaco, se encargará de tergiversar las lecturas sobre la misma y continuarán confundiéndonos a todos que es lo que le interesa al pulpo para escapar de la quema y al mal político para que no se esté a la realidad.

A Mr. ZP, también conocido como el hombre que nunca trabajó, y por ende al parásito de izquierda en general, le interesa el ambiente bélico sin guerra declarada. Concibe la vida como una competición-guerra y aplica la máxima de que en la guerra todo vale. Esta concepción burda de la existencia se contrapone a la propia esencia del estado de derecho, al cual no le interesa defender. No, no todo vale, no vale el pacto con terroristas, no el asesinato, el hurto, el compadrazgo, nepotismo, etc.

Se han reunido tres niñas,
vestidas de negro intenso,
se han reunido ellas solas.
Se han reunido tres niñas,
algunas llevan puñetas,
son puñeteras las niñas

El Sr. ZP posee, como no, una gran capacidad de adaptación. En países a los que considerase más avanzados se comportaría de forma diferente, pudiendo llegar a dejar algo de pelo sobre la cabeza de sus ciudadanos. En el territorio nacional se deja llevar por el caciquismo insultando impunemente nuestras vidas. Mientras tanto se incrementa el tiempo desde que este señor debió haber sido expulsado del gobierno por incompetencia omnipresente y por atentar contra la integridad de la nación.

Un saludo, J. M. Mora

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