Cádiz a 22 de septiembre de 2010
El adoctrinamiento mediático, la manipulación de las instituciones, la compra de votos recurriendo a situaciones del pasado, que no tienen que ver con las jóvenes generaciones de nuestro país, tiene el objetivo de acaparar poder inscrito en el marco de una democracia; a costa de hacer perder a esta su propia esencia en cuanto que en ella, el objetivo es tratar de instaurar un régimen donde nadie tenga suficiente poder como para establecer su dominio sobre los demás.
Deliberada, incesantemente se ejecuta una política destinada a confrontar a la población señalando dos bandos enfrentados y enemigos irreconciliables. Esta es una de las características definitorias del pensamiento de izquierda. Se trata de promover conflictos que distraigan la atención de la población mientras se esquilman los recursos de la nación en beneficio propio. Se puede encontrar este tipo de actitud a distintos niveles en la estructura social resultando detestable en el gobierno.
Nuestro amado líder, no actúa en demanda de lo que el pueblo solicita. Nadie pidió una reforma de la ley del aborto, no existía ningún debate social al respecto. Nadie ha pedido una indemnización por vejaciones supuestamente ocurridas 70 años atrás, desde un punto de vista legal estarían más que prescritas, no existía ningún debate público al respecto. Nuestro líder, nos tutela el pensamiento fomentando nuestros odios más primarios y restando importancia a la brutal generación de desempleo.
Un saludo, J. M. Mora
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