lunes, 13 de septiembre de 2010

Idealización del parasitismo

Cádiz a 13 de septiembre de 1010

Friedrich Engels, 1883 Discurso ante la tumba de Marx: …“Así como Darwin descubrió la ley del desarrollo de la naturaleza orgánica, Marx descubrió la ley del desarrollo de la historia humana”… A saber: Remover al mundo de bases, o lo que es lo mismo destruir todo lo establecido asesinando si es necesario, para hacerme con el poder porque defiendo a las clases trabajadoras (…bueno si tengo que recortar derechos sociales es por necesidad no por otra cosa…).

Darles dinero a los banqueros porque en definitiva son trabajadores y si es necesario recortar las pensiones en aras de la igualdad. Darles subvenciones a mis amigos, para compensar la infamia franquista, esto solo lo haré durante 30, bueno 40, bueno 50, bueno 60, bueno… años, porque hay que compensar todo lo que podríamos haber progresado, es decir enriquecido que era nuestro derecho porque como usted comprenderá no voy a ser un mero trabajador asalariado.

A pesar de mis propias convicciones enchufar a mis amigos y familiares, no por nada, sino que es que yo sé que están mejor preparados que cualquier otro y como usted comprenderá no voy a poner a cualquiera. Desfondar las arcas del estado, a pesar de que a mí la acaparación de riqueza me parece una cosa censurable, pero bueno haré un esfuerzo para construir un estado nuevo desde la base y para eso hay que empezar de cero, es decir de cero patatero.

Acapararé a todas las cadenas televisivas, no por nada, sino para poder decir la verdad, que como usted comprenderá es la que diga yo y no se puede permitir en una democracia civilizada que vayan a venir aquí cuatro majaretas a decir lo que ellos quieran siendo como es verdad todo lo que yo digo. La historia de la humanidad, como todo el mundo sabe se divide en dos partes: 1. Etapa franquista. 2. La que estamos intentando construir ahora en pugna constante contra los obstruccionistas.

En otras palabras, el fundamento marxista no se basa en establecer una sociedad igualitaria, donde el poder radique en la clase trabajadora ni nada por el estilo. Esto solo es el argumento para derrocar al sistema y establecer un nuevo orden de las mismas o peores características; éste es el error de la derecha que piensa que los argumentos de la izquierda son hipócritas de facto, cuando el ser de izquierda es perfectamente conciente de que lo son, se trata de establecer un turno rotatorio.

Ahora bien, una vez establecido merced a esta teoría tan avanzada de la “ley del desarrollo de la historia de la humanidad”, el turno rotatorio, es comprensible realizar todos los desgastes posibles en aquellos susceptibles de relevar el turno. Por otro lado, dejar la silla cuesta trabajo así que a aguantar todo lo que se pueda. Por todo esto somos los mejores, y la ingenua derecha pretende alcanzarnos con insignificantes flechitas que lo que nos producen es una sensación de risa constante.

Esta teoría es muy ventajosa, pues con ella podemos estar gran parte de nuestras vidas rascándonos diferentes partes de nuestra anatomía, mientras observamos los movimientos de los que trabajan por mejorar sus vidas. Finalmente, en el momento preciso nos lanzamos sobre ellos y se lo quitamos todo porque es justo y necesario y seguimos rascando aquí y allá y tal. ¡Está guay eh! Es que somos un montón de listos, listos, listos, listos, listos, “lisitísimos”, “requetelistísmos”.

Somos los grandes benefactores de la humanidad, sin nosotros el hombre no evolucionaría, y es imposible que surja otra corriente de pensamiento que supere esta concepción por que no puede existir nadie más listo que nosotros, eso es imposible como es evidente. Por tanto, nuestra gracia puede ser considerada el don último de la conciencia humana. Por más que algunos que no tienen nombre ni voz ni voto se empeñen en reducirlo todo al simple concepto de parásito.

Un saludo, J. M. Mora

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