Cádiz a 21 de septiembre de 2010
Hablando en términos de estrategia electoral, creo que ha nadie se escapa que el partido en el poder ha utilizado como arma arrojadiza, durante mucho tiempo, la situación pasada respecto de la guerra de Irak. En recientes intervenciones, al hilo de la polisemia, el Sr. Alonso ha vuelto a sacar el tema como una amenaza futura en la que fundamentar su campaña. Esta sistemática entronca íntimamente con la condición del profesional político de izquierda así como con el ser de izquierda en general.
Podría convenirse que efectivamente éste ha sido el live motive que les ha arrastrado hacia el poder e incluso el motivo por el cual todas sus indignidades, corrupciones, malversaciones, quedan difuminadas como un mal menor ante “la violenta actitud autoritaria y despótica de la derecha”, la derechona de toda la vida. Es la razón que necesita el ser de izquierda, es la justificación que cuando no existe provoca para desencadenarla y posteriormente utilizar en alimentar su afán victimista.
Si existiese un documento que desvinculase de forma taxativa, indiscutible, tajante, contundente, terminantemente a una persona partidaria de defender los principios ideológicos del partido popular y que pudiese asumir cierto liderazgo; de colaboración alguna en la decisión de invadir Irak y que además le situase en contraposición a la idea de la participación de España en el mencionado conflicto Bélico. Ésta sería la solución al presente conflicto que mantiene a unos indeseables en el poder.
Este documento existe, y esa persona existe.
Este documento, es el lugar donde da la vuelta el aire. Es el punto de inflexión. Debe tenerse en cuenta además que toda la falacia que envuelve el discurso de ZP quedaría difuminada en el aire, como toda su historia política, por la sola presencia del propietario de éste documento frente a la pétrea face del interfecto. Todo su andamiaje cognoscitivo, sustentado en la droga, en Walt Disney y en la baba seca se desvanecería en el viento sin la necesidad de articular un solo fonema.
Un saludo, J.M. Mora
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