martes, 4 de mayo de 2010

DE COMO ALCANZÓ ZAPATERO EL GOBIERNO Y DE CÓMO PODRÍA PERDERLO

Cádiz a 4 de Mayo de 2010

Martes 5 De Febrero de 2002, España, Congreso de los Diputados, Hemiciclo, >4:00 PM. El Sr. Don José Luís Rodríguez Zapatero ocupa un escaño en el bando socialista. Permanece agazapado la mayor parte del tiempo con una actitud timoratamente reflexiva sabedor de que su única alternativa es la espera.

El Sr. Don José María Aznar López, por su parte, ostenta el cargo de Presidente del Gobierno y se encuentra en un estado pletórico. Mantiene al Grupo Socialista a raya y éste por su parte carece de un Líder que pueda hacer frente a un José María Aznar que se presenta seguro, preciso, limpio y efectivo en su liderazgo.

En estos momentos el Sr. Don Felipe González Márquez aún posee un escaño como Diputado por el Grupo Parlamentario Socialista, asimismo su señora esposa y la exministra Doña Carmen Alborch mantienen sus escaños como Diputados. Sin embargo, Felipe Gonzáles no suele asistir al las sesiones plenarias, parece ser que prefiere destinar ese tiempo a otras ocupaciones, asistiendo exclusivamente si la necesidad de entregar personalmente la papeleta de votación le obliga.

En los próximos meses algo va a cambiar en este escenario político de modo que la decisión de apoyar La Guerra de Irak, tomada por José María Aznar, en contra de la mayoría de la población, le va a llevar a perder la confianza del éste y consecuentemente el Gobierno de la Nación.

En España, durante nuestro actual período democrático y después de la Dictadura del Generalísimo Don Francisco Franco Bahamonde, solo existen cinco personas que pueden saber con exactitud qué pasa por la cabeza del Presidente del Gobierno de España. Pero, ¿qué llevó a José María Aznar a apoyar a Bush en una guerra que se convertiría en su sepultura política en términos de reelección?

Un factor imprevisible, un azar natural, un afán de libertad, la fuerza de una convicción, un aspecto recogido con intemporal y nítida exactitud en nuestra Norma Básica, el mástil bronco y húmedo del alma humana cortando la silueta del tiempo, el dolor, la pasión, la vida, la muerte…

El delicado equilibrio mantenido en el escenario se ha roto y nadie es culpable de ello, pero la norma está planteada, las reglas establecidas y las posiciones tomadas. Aflora la plena condición de los participantes en el juego democrático y el miedo lleva al error. El error lleva a la pérdida de la confianza y éste es el caldo de cultivo para el oportunista.

El oportunista, desde su posición mira a todos con sonrisa de oportunista, su posición es pública, el pueblo no termina de encajar las piezas, el factor X no posee luz pública, solo la poseen sus efectos, que son engañosamente atribuidos al oportunista.

El foco, ilumine este factor.

Un saludo, J.M. Mora

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