sábado, 19 de noviembre de 2011

Discurso 19 de noviembre de 2011

Discurso emitido a través del Chat de Facebook, en la Web de Intereconomía TV, el 19 de noviembre de 2011. El discurso, fue retransmitido por María Francisca Vilchez Rodríguez en nombre del Jefe Absoluto de la Nación, que lo subscribe, según documento emitido en Cádiz a 17 de octubre de 2011, del que se dio cumplida cuenta al Jefe del Estado, Su Majestad el Rey Don Juan Carlos I.

Cádiz a 19 de noviembre de 2011

COMPATRIOTAS:

"Las medias verdades o la falta a la verdad y los "pequeños golpes de estado" marcados por los partidos de mayor representación puntual en un contexto democrático son tan despreciables como la peor de las dictaduras militares, si bien, en su caso poseen el añadido de la burla propia de los que carecen de valor y de los que ahondan en las tinieblas del alma humana".

Las medio verdades de ciertos "políticos" y su doctrina indefinida, suponen el modo político más extremo. Su constante bamboleo exento de principios, más que el de cuidar el interés propio, unido a la suma de las; en somera apariencia poco significativas traiciones, a las que someten a la nación constituye una contrariedad democrática que merece cierta reprobación por parte de todos.

España, necesita un parlamento en el que las fuerzas mayoritarias mantenga cierto respeto y decoro por el Derecho que todos acoge, con una oposición de se sitúe en los mismos criterios éticos en cuanto al respeto institucional. Mientras el escenario parlamentario se encuentre ridiculizado en cierto sentido de honda tradición y lamentables consecuencias para todos, sumado al radicalismo propio de la indefinición política, la desintegración del Derecho en nuestro Estado está asegurado; limitándose a la división, en períodos en los que se alterna la corrupción y desmantelamiento del Estado propio de la ultraideología, y otros períodos en los que se basan las supuestas bondades de otras formas políticas en la; —del mismo modo supuesta—, creación de empleo sobre una sociedad que ha sido previamente mancillada y ultrajada por una nefasta gestión sectaria y poco constructiva de los fundamentos sobre los que se sustenta nuestro Estado.

Recientemente se ha podido oír en el medio la afirmación de que fueron los "Tecnócratas" quienes sacaron a España de la situación de crisis en que se encontró durante diferentes fases de la pasada Dictadura. Quiero añadir en este sentido que es posible que la actividad de estas personas pudiese tener efecto sobre la recuperación económica en esas fases, pero de lo que no cabe duda es de que sus acciones estaban coordinadas por un mando superior representado por el Jefe del Estado, situación que es bien distinta de la que se presenta ahora. En mi opinión, es la conjunción de estos dos conceptos: "Tecnocracia" y ausencia de liderazgo, la causa que genera el desastre que supone para el pueblo una democracia, la nuestra, que parece mostrarse en los últimos tiempos poco transparente más que en la gestión de los recursos públicos en la de los usos Institucionales.

Quiero referirme, porque lo considero de máxima actualidad en nuestras circunstancias actuales a unas palabras de Abraham Lincoln:

"El mantenimiento de los derechos de los estados, y especialmente el de cada uno de aquéllos que se rija por sus propias instituciones, es esencial para conservar el equilibrio de nuestro sistema político, y reprobamos la ilegítima invasión…".

"La separación con que sueñan algunos estados de la Unión, que no era hasta hace algún tiempo más que una simple amenaza, es ahora según parece, un plan resuelto. A mi juicio, la ley universal de la Constitución supone que la Unión de los estados ha de ser perpetua, por más que no se exprese esta palabra en la ley fundamental de todos los gobiernos nacionales".
Españoles:

La pasada reforma constitucional acometida recientemente por los "líderes" de los dos partidos políticos que se reparten hoy las cotas de poder hurtado al pueblo en el parlamento español, no es propia de políticos de grandes cualidades para el desempeño de estas funciones, sino más bien de aquellos que no lo son, de aquellos que no son ni grandes políticos ni de grandes cualidades. En mi concepto, su gestión no es merecedora de ningún halago y resulta muy triste tener que padecer la presencia de esta ocupación cuasi-perpétua de cargos en la vida pública.

Es deseable para la nación que estas celebridades desaparezcan del juego político pues su desdén hacia todos supone la desintegración absoluta del Estado, como concepto nacido sobre la idea de la protección de los derechos y deberes de los que bajo su manto se cobijan. Suponen un verdadero contratiempo nacional poco democrático que se ha podido constatar ahora, como nunca en las últimas ocho décadas. Nadie hasta ahora había mostrado tal desdén hacia el pueblo ni tan a la luz del día.

Su cualidad de generadores de ausencia de bondad ciudadana les hace merecedores del desprecio de todos; y su previsible mala gestión no necesita demostraciones ni pruebas, todas estas han sido otorgadas ya desde el primer momento con la demostración de que el único interés que defienden es el interés propio. La visión de Estado de nuestros "políticos" más destacados, brilla por su ausencia. Su pretensión de hacernos comulgar con ruedas de molino resulta si se me permite, algo grotesca y quizá refleja cierto grado de patetismo. Implica sin lugar a dudas una demostración clara de cierta ausencia de valor y de un consciente alto grado de ignominia.

Es posible intuir en ciertos tonos y en determinadas formas que la mofa hacia todos implica que no constituyen otra cosa que una agrupación social de poco decoro que ansía el poder perpetuo, mantenido por un incierto juego democrático que ellos se han encargado, merced a su gestión en desintegrar en su concepto. La patética huida de nuestros "políticos" utilizando la Norma Básica como instrumento de distracción de poder les hace merecedores de apelativos quizá poco decorosos en política. La pregunta sería: —se puede salir de una situación de crisis creada por dos personas públicas dedicadas a la gestión política, de la mano de las mismas que la han creado—.

En mi opinión carecen de visión de Estado suficiente, de visión política general y más aun de visión del Estado español. Su verdadera condición se diría que semeja un juego burlesco de política partidista interesada y poco clara, y nada o muy poco tienen que ver sus acciones con el interés general. Considero que es incierto que estas vayan dirigidas al mantenimiento del estado del bienestar o nada parecido, el único estado de bienestar que les interesa mantener es el de sus posaderas. Se trata de política burlesca, que manifiesta la decadencia propia de la endogamia partidista y sectaria de la que hacen gala.

"Quien está preparado para ser presidente del Gobierno, no necesita recurrir a las trampas, pervirtiendo la doctrina constitucional y hurtando al pueblo su poder".

No cejaré en mi empeño de que se imponga la verdad sobre la base única de la palabra. Ahora, la situación de regresión en todos los sentidos generada por los partidos que asumen las mayores cotas parlamentarias y la confusión ideológica sobre la que se escudan, puede permitirles una victoria deshonrosa, pero la verdad es ahora conocida de todos, sus cualidades políticas son ahora públicas y notorias en las consciencias de muchos. Esta vez muchos ciudadanos saben cual es la verdad y esta finalmente se impondrá sobre el engaño y la estafa.

Un saludo, J. M. Mora

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