Cádiz a 2 de enero de 2011
Quiero decir, que la responsabilidad principal de este Gobierno es la de haber avivado el rencor entre los españoles. De por sí, sin la necesidad de ningún fomento, estas rivalidades tienen su origen íntimo en las desigualdades entre los hombres, pero no en las económicas o sociales sino en las que atañen a la propia idiosincrasia de cada uno de los individuos que habitan esta tierra en términos globales. Estas rencillas se encuentran en las más altas cunas y en el seno de las propias familias, empero no sólo en ellas. También en los suburbios y en las clases medias y en definitiva allí donde habita el ser humano. En aras de la convivencia pacífica y productiva un gobernante debe tender a atenuar estas inevitables confrontaciones en el entendido de que no somos todos iguales ni parece razonable o deseable que lo fuésemos.
Si condenable resulta un acto puro de violencia basado en estas circunstancias, donde se podría hacer mención por ejemplo del asesinato del Teniente del Castillo; o en los pródromos de su ejecución, a las muertes del alférez de la Guardia Civil de los Reyes en la celebración del V aniversario de la República, o la muerte a manos de unos hombres de la sección de Castillo de la UMRA (Unión Militar Republicana Antifascista) de nada menos que Andrés Sáenz de Heredia primo de José Antonio Primo de Rivera , o la herida de bala a manos del propio Castillo de un estudiante de medicina en la misma acción; que podemos pensar de un gobernante que retoma el sentido de avivar estos odios que indudablemente no pueden conducir más que a una espiral de violencia que no toma forma hoy dado lo anestesiado de una sociedad que ve a nuestra clase política como un ente aparte intocable e inamovible. Sólo se puede pensar que sus acciones están movidas por una profunda vileza y bajeza moral y es ésta y no otra la conclusión a la que se llega en un análisis incluso somero de las circunstancias actuales.
Un saludo, J. M. Mora
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