martes, 1 de febrero de 2011

Los criminales

Cádiz a 2 de enero de 2011

Son los socialistas, los que están en el Gobierno, no son otros. Socialismo y marxismo, con el ánimo de ser exhaustivo, es la misma cosa. La cosa, es la cosa de la droga, del crimen, del asesinato de niños y de ancianos, entre otros. No es nada que tenga que ver con la política, no es política, es crimen desorganizado. Siempre ha sido crimen desorganizado, por el puro placer de delinquir. Sin ánimo de generalizar y con todo el respeto, los socialistas adolecen de taras psico-físicas y es este hecho el que explica su afán delictivo. No pretendo señalar sus taras como argumento político, nunca lo he pretendido. Empero, es el origen de su maldad. El socialista o criminal encuentra en el delito la catarsis de su espíritu lelo.

Resulta muy ilustrativo, como muchos conocerán, este párrafo: "No olvidar nunca que la lucha de calle y en una ciudad tiene carácter distinto que en campo abierto. Desde las ventanas se pueden arrojar con facilidad toda clase de elementos de ataque." (Documentos históricos. Ediciones del 5.º Regimiento de Defensa de Madrid, pág. 19. O bien, Guerra y Revolución en España, II, pág. 162).

El Frente Popular, por poner nombre a la pandilla de maleantes que aniquiló a la Segunda República, no solo robó todo el oro del Estado regalándoselo al mayor asesino de la Historia y configurando así la estafa que justificaría el indiscriminado hurto que envolvió al hecho. Sino que asesinó tanto y tan vilmente como pudo, y este modelo de conducta no se circunscribe a nuestra mal llamada guerra civil. Nosotros no hemos vivido una guerra civil, lo nuestro no ha sido más que una defensa de la nación ante el crimen. 

Efectivamente, se le quiso llamar guerra civil al objeto de darle un tono "digno" que permitiese encajar al hecho en la Historia, pero todos sabemos cual es la realidad. Dicen ser el bando perdedor, pero solo es el bando de los asesinos, terroristas y criminales en una guerra perpetua que no se ha detenido nunca. Ellos siempre asesinan; antes, durante y después de la guerra. Pueden utilizar un botijo, un madero, o una maceta arrojada desde un balcón o una ventana, y la víctima puede ser cualquiera, y no hay ninguna ideología envolviendo al acto, es un simple crimen repetido hasta la saciedad.

Si ratas inmundas o Santiago Carrillo fusilaron a miles en una verdadera orgía criminal; violaron, asaltaron y expoliaron por el bando criminal; y de otro lado, en el bando de los hombres buenos, rectos y libres, se fusiló a más o menos ratas: ¿Qué hay de las víctimas de "accidentes" propiciados desde ventanas? y ¿Qué hay de sus familias, que ni siquiera constan como afectados por viles asesinatos no demostrables y ejecutados fuera del período de guerra?

Volviendo a la frase anterior, quiero señalar para su observación que se dice literalmente: "No olvidar nunca…" Se debe tener en consideración que bajo la óptica de un ente de izquierdas existen tres principios argumentales básicos para justificar sus delitos: 1. No nos hemos saltado ni una coma de la ley. 2. Le digo lo que nos han dicho por una nota interna. 3. Es que este año se ha hecho así. No dan para más. 

Quiero decir, que cuando un ungulado de izquierda lee "no olvidar nunca" no lo circunscribe a ningún período porque su psique no le permite simultanear este vector, sino que lo considera tal como lo dice, "nunca". Él piensa, –nunca es nunca, es decir siempre, y siempre es siempre hasta el fin de los tiempos y luego más–. Y así, cumple la ley a rajatabla. 

Es una característica inherente al psicópata asesino o socialista, la de ir perfeccionando sus métodos criminales a medida que asesina. Hoy, y tiempo atrás, el socialista ha aprendido a asesinar mediante la violación de la justicia. Es decir, a medida que el socialista o asesino se infiltra en la sociedad va perfeccionando sus métodos criminales, pero su esencia siempre es la misma, siempre es criminal. 

Para intentar comprender esta conducta, obsérvese que del mismo modo, que se puede representar mediante un polígono de frecuencias el diente de sierra que supone el aumento, disminución y nuevo aumento del paro según la tendencia ideológica del gobierno; también es posible hacer una representación comparativa entre el desarrollo cerebral del hombre, el chimpancé y el ser de izquierdas. Vemos, que en los tres casos se sigue un camino paralelo hasta casi el final del desarrollo embrionario deteniéndose momentos antes en el caso del chimpancé para continuar en los otros dos casos. Empero, existen parámetros diferenciales en relación con el volumen, las cisuras y las circumbuluciones cerebrales que delatan que mientras que el cerebro del hombre aparece profundamente labrado y magistralmente recorrido por sinuosas curvas, en el caso del elemento de izquierdas éstas no están bien definidas y su pronunciación es escasa, recordando la superficie del melón de piel de sapo, si bien en ocasiones puede devenir en un aumento ligero del volumen, generalmente subsecuente a una hidrocefalia primaria de comienzo intrauterino, que puede tener en muchos casos complicaciones anastomósicas con evacuación líquida de contenido fecal que unido a LCR baña literalmente cavidades intra-archi-cerebrales.

Trasladados a la esfera cognoscitiva, puede comprobarse que estas alteraciones anatómicas y líquidos asociados que dictan mutaciones en el ADN neuronal y que va a desencadenar desequilibrios a nivel de los mecanismos de ensamblaje de neurotransmisores básicos del tipo acetilcolina, van a tener una manifestación cuantificable en la expresión del sujeto que puede ser confundida en algunos casos con una "facies pétrea" pero que tienen un eje ultraestructural neural.  

Por ejemplo, "papá matsa", dice: "la concesión de la subvención a la empresa matsa ha sido, legal, limpia, clara, transparente y mi papel ha sido intachable". Omitiendo que también ha sido: deshonrosa, desvergonzada, abusiva, amañada, deplorable, hedionda y vulgar. Resulta complejo intentar explicar la realidad al sujeto marcado por estas alteraciones, y en muchas ocasiones su reacción suele ir acompañada de graznidos con expulsión de moco abundante, o bien emite sonidos primitivos con movimientos toscos.

Para intentar comprenderlo, situémonos en un cerebro humano. Estamos en postura de pie, sobre una circumbulución asomados hacia la hendidura cerebral. Vemos que es profunda y que las "paredes" de la curva son rectas hacia abajo y bien diferenciadas. Podemos imaginar nuestros pensamientos navegando, conformándose, en la red neuronal y hay vectores cognoscitivos distantes a los que se accede a través de los surcos, tal que fuesen los de un río. Empero, otros vectores están tan solo a la distancia de la pared del lado contrario y son cercanos. Sin embargo, ambas paredes están enfrentadas estableciendo una continuidad diferenciada, que permite consensuar derivadas sobre un argumento.

En el cerebro de los sujetos de estudio, estas hendiduras son de escasa profundidad. Aparecen como suaves ondulaciones del terreno, casi imperceptibles. En ocasiones, bolas esféricas verdaderas. Hay autores que hablan de auténticos muñones cerebrales. Son masas encefálicas de forma oval donde el cerebelo parece no hacer acto de presencia o bien forma parte del volumen sin solución de continuidad. 

Un saludo, J. M. Mora 

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