Cádiz a 3 de febrero de 2011
"Empeñaré todo el esfuerzo del Gobierno que forme en combatir la corrupción y en combatir la mentira, creo que los dos elementos son los dos elementos que contaminan el aire que respiramos en la vida política". Felipe González Márquez.
John Wayne Gacy, Jr.
*El siguiente post puede herir la sensibilidad del lector*
"Pogo" era un hombre de aspecto bonachón y regordete, muy querido y conocido en su ciudad por sus numerosas fiestas a las que solía invitar hasta a trescientas o cuatrocientas personas. La propia policía incluso le sugirió participar en la política pidiéndole que se presentase como concejal.
Tras sus celebraciones los asistentes solían comentar que se lo habían pasado muy bien y que "Pogo" era un hombre muy amable, cariñoso y divertido; pero que en su casa olía muy mal.
Los vecinos, que tenían que soportar el hedor constantemente, a veces y a pesar del cariño que le tenían a "Pogo" perdían los nervios; y se presentaban en su domicilio para comentarle que solucionase el tema del olor nauseabundo que manaba de su jardín. Él, simplemente contestaba —sí, ya lo arreglaré— y eso era todo.
Así, fueron pasando los años entre mal olor y felicidad. "Pogo", siempre contestaba —ya lo arreglaré—, o bien —sí, voy a llamar al fontanero—. La gente se alejaba enfadada de su casa por la ingenuidad de sus respuestas a pesar de la anómala situación y la permanencia del olor.
Finalmente, se descubrió que bajo la casa de "Pogo" yacían treinta y tres cadáveres fruto de las violaciones y asesinatos que solía practicar con los jóvenes que trabajaban en su empresa de decoración.
No con el ánimo de comparar, sino con el de intentar comprender la situación que se nos plantéa como consecuencia del peculiar comportamiento de nuestro gobierno he optado por narrar la historia de este payaso.
En el escenario se nos presenta una apariencia de felicidad que en muchas ocasiones recuerda la risa de un payaso y este hecho puede producir cierta falsa apariencia de normalidad. Simultáneamente el hedor está representado por unas cifras de paro, de mentira y de corrupción que marcan récord.
Finalmente cuando "Pogo" es desenmascarado el escenario aparece arrasado, desolado por el crimen. Sólo quedan cadáveres y agujeros bajo la casa, si bien, el hedor se marcha tras de sí.
Un saludo, J. M. Mora
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