Y no le falta razón al BCE cuando exige al "ejecutivo" que tramite con urgencia las reformas dado que hasta el momento a la UE no se le ha hecho el menor caso en este sentido, y ha resultado tan desatendida como lo ha sido el pueblo español a quien se ha privado con toda impunidad de su Soberanía.
Efectivamente, el señor Trichet; por entonces; Presidente del BCE, hizo llegar la, ahora desvelada carta el pasado 5 de agosto de 2011 al señor Zapatero invitándole "a tomar con rapidez y decisión las medidas necesarias", dada la "extraordinariamente grave y difícil" situación de la economía española en ese momento.
La carta, la recibio el señor Zapatero en plena crisis de deuda española, cuando la prima de riesgo llegó a superar los 400 puntos, hoy la prima de riesgo española alcanza los 402 puntos básicos respecto del bono alemán.
Cabe preguntarse, qué justifica acometer una reforma de la Constitución con carácter de urgencia en lectura única a tenor de estos resultados.
El contenido de esa carta permaneció oculto a la opinión pública hasta que la iniciativa de un abogado español, Isaac Ibáñez; experto en el régimen jurídico de acceso a la información y a los documentos de las instituciones de la Unión Europea; que recurrió al Defensor del Pueblo Europeo, dio sus frutos y ésta fue desvelada.
Gracias a la intervención de este abogado español, ahora, hemos confirmado documentalmente lo que todos sabíamos: que en la mencionada carta No se instaba al gobierno de España a reformar la Constitución Española, dado que la institución europea carece de autoridad para dictar tal acción a la nación, y menos aun a sus dirigentes de turno.
Sin embargo, ahora sabemos bien que se hizo una interpretación torticera del contenido de la mencionada carta y que en definitiva, se nos impuso —al pueblo—; por parte del ejecutivo español, acometer una reforma constitucional para fijar un techo al déficit para 2020 y tramitarla por vía de urgencia ,en 24 horas, sin referéndum, a treinta días de disolver las Cortes Generales de forma previa al proceso electoral general.
En la actualidad, vivimos en una situación de tensión, derivada de noticias como la que sigue: "El BCE exige al "ejecutivo" que tramite con "legislación de emergencia" los Presupuestos para que se puedan aplicar ya los recortes". Al recibir estas noticias, tenemos la sensación de que la UE no para de apremiarnos mientras nosotros estamos haciendo todo lo posible en un permanente estado de preocupación por cumplir con nuestros compromisos societarios.
Nada más lejos de la realidad, se trata de que no se ha dicho la verdad, y ésta ha sido ocultada tanto al pueblo español como al BCE. La realidad es que el ex presidente del BCE, señor Trichet, no instó a través de su "carta" al ejecutivo español a reformar la Constitución Española, menos aún cuando la reforma acometida perfila un techo de gasto a cumplir en 2020 y que se envió al hilo de unas circunstancias puntuales de crisis que se estaban desarrollando en ese momento.
Sí, es cierto que se solicitaba a través de la mencionada carta, dado el incremento de la prima de riesgo española en esos momentos, que se acometiesen reformas en el sentido de: cambios en los convenios laborales, recortes en las prestaciones sociales y en general recortes en los Presupuestos Generales; es esto lo que se vino a solicitar a través de la mencionada carta y no otra cosa.
Recordemos que la notificación fue recibida el 5 de agosto de 2011, de estas circunstancias han pasado ya la friolera de 8 meses, ocho meses en los que en circunstancias normales, estas reformas deberían de haber comenzado con el anterior gobierno y continuado con su sucesor, sin embargo, nada de esto se ha hecho deliberada y premeditadamente.
Ninguna reforma laboral o de cualquier índole fue llevada a efecto, salvo aquella que No se solicitaba, esto es, la reforma de la Constitución. La solicitud del señor Trichet, cayó en saco roto y de nada sirvió su comunicado con el presidente de turno español dado que las reformas solicitadas no tuvieron lugar en ese momento, en el momento en el que se solicitaban, y aun hoy ocho meses después, continúan sin llevarse a la práctica.
Por tanto, estamos en condiciones documentadas de afirmar con rotundidad que el actual "ejecutivo" es tan responsable de nuestra situación de crisis como lo es el anterior, y lo es por la sencilla razón de que ambos, en coalición parlamentaria han desviado la atención de los hechos a la luz de todos; y a todos y cada uno de los ciudadanos españoles, sea cual fuere su origen y más que a ningún otro a los nacionales españoles, se les ha ocultado la verdad, no por la gravedad de la misma sino que muy al contrario se ha exacerbado la dificultad de la situación para justificar una reforma de la Constitución que no era solicitada, posponiendo las medidas que realmente se demandaban desde el BCE y posponiendo así deliberadamente la recuperación de nuestra economía.
Y por otro lado, también han engañado a la institución europea que solicitaba ajustes y reformas que consideraba necesarias en ese momento, hace ocho meses, y tal petición no ha sido concedida. De aquí, la declaración del señor Paul Coughin, director global de los "ratings" de Standard & Poor's: "cambiar la Constitución no resolverá los problemas del país".
Es más que evidente; sencillamente, lo que se solicitaba desde el BCE no era reformar la Constitución Española. Cabe preguntarse: ¿Y si el pueblo no ha resultado beneficiado de tal acción y el BCE tampoco, entonces quién o quiénes se han beneficiado de la reforma de la Constitución?
Estimados compatriotas, en palabras del eurodiputado Nigel Farage, nos encontramos ante el desagradable espectáculo de un "Golpe de Estado Burocrático". Y qué es un golpe de estado burocrático, el golpe de estado burocrático no tiene otro objeto que hurtar la Soberanía al Pueblo, esa es su única motivación y se desarrolla por parte de aquellos asentados en el poder, valiéndose de la maquinaria burocrática del estado.
En este sentido, debo decir que ni siquiera constituye una idea innovadora por parte de los protagonistas que la llevaron a cabo: "gobierno" y oposición. Para colmo no fue más que una emulación de la forma de dirigirse en la UE en relación con el Tratado de Lisboa.
Hechos que el señor Nigel Farage, eurodiputado británico de Derecha, defiende ante los organismos europeos a quienes acusa de desarrollar una política de régimen dictatorial de corte marxista, protagonizada por muchos de los mismos actores que ya lo hacían antes de la caída del muro de Berlín, y a quienes acusa de estar desarrollando una política de "Puño de Hierro Económico" valiéndose de continuos "Golpes de Estado Burocráticos".
Un saludo, J. M. Mora
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