Cádiz a 2 de mayo de 2011
Coincidiendo con la circunstancia de una tormenta eléctrica, repentinamente se pierde la conexión de ADSL y la línea de teléfono fijo. Tras pasar horas y no recuperarse, el usuario tiende a pensar que debe haber caído un rayo sobre algún punto de la instalación de la compañía. Pasadas unas diez horas da aviso al servicio técnico de la empresa suministradora. Al otro lado del teléfono, el técnico indica al usuario que realice una comprobación para determinar si la avería se encuentra dentro de la casa del usuario o fuera de ella, esto es crucial a la hora de engordar la correspondiente factura que se le pasará al cliente por la reparación de la avería.
La prueba consiste en levantar la portezuela situada en la caja que da entrada a la línea del inmueble y conectar directamente el teléfono en esa ubicación para comprobar si llega señal. El usuario lo hace y efectivamente no llega. La conclusión es que la avería está fuera del domicilio y que la instalación dentro de este probablemente se encuentra en buen estado. —Muy bien, tomamos nota de su avería y nos pondremos en contacto con usted—. Efectivamente, el usuario confirma mentalmente su sospecha de que debe haber caído un rayo en alguna parte y se dispone a esperar a que solucionen el problema.
Nada más lejos de la realidad, se trata de un acto premeditado, orquestado y diseñado para realizar una estafa múltiple aprovechando el hecho de la tormenta eléctrica. La cuestión es determinar donde se encuentra el origen. La misma, supone que debe haber implicado algún responsable de zona de la empresa que suministra el servicio con capacidad para cortarlo al sector de población predeterminado; aunque, no necesariamente debe ser un trabajador de esta. Quizá puede hacerlo alguien de la subcontratada para desarrollar la actividad de mantenimiento técnico del servicio, en este caso ABENGOA.
Incluso, quizá tampoco tenga conocimiento la subcontratada y pueda llegar a desarrollar el timo una serie de ex-trabajadores/ex-dirigentes de la compañía que ofrece el servicio. Esta práctica está ampliamente consolidada en el territorio andaluz a través de Agencias como IDEA. En su caso se trata de ex-trabajadores de la función pública que alcanzan el grado de "refinamiento" necesario para realizar transferencias de capital del erario público a la conocida como administración paralela, pero sin duda existen responsabilidades políticas.
En definitiva, la compañía que ejecuta el cobro de la "reparación", es la empresa con la que se tiene contratado el servicio, en este caso MOVISTAR/TELEFÓNICA que es la que "tiene acceso a tu cuenta corriente". Pero muy posiblemente no sean responsables de esta estafa sino perjudicados del mismo modo que el usuario: requiere una clarificación. Es muy posible que tampoco sea responsable ABENGOA. Sin duda, el señor técnico, que definitivamente se presenta en tu casa está implicado en la estafa y se puede demostrar sin lugar a dudas.
Cuando el técnico acude a tu domicilio, comprueba si llega señal al mismo y resulta que sí, que llega —¿Pero cómo es posible?, yo hice la misma comprobación y no llegaba nada— Hábilmente el técnico comenta que a veces la puerta de sube y baja de la caja no hace buen contacto y hay que subirla y bajarla varias veces para que funcione—. Completamente falso, es uno de los momentos determinantes del timo, ese momento en el que el hurto roza lo artístico.
Seguidamente, el señor técnico se dirige a la habitación donde está la segunda caja, la que distribuye la línea hacia el teléfono fijo y hacia el modem. Esta caja tiene dos tornillos que el señor desatornilla y separa la tapa de la caja. Llegados a este punto, nos encontramos ante otro de los momentos cruciales de la estafa, —de nuevo se aplican ciertas dotes pseudo-artísticas, interpretativas y no pocas dosis de cara dura—. Es que antes de girar la tapa desatornillada se desliza el dedo por detrás de la tapa y se levantan cuatro hilos de cobre endurecido desplazándolos de sus ubicaciones y montándolos unos sobre otros de manera que se cortocircuita el sistema.
Se gira la tapa y se le enseña al cliente —mire, ve, aquí está el problema, es que usted, al sacar y meter la clavija pues a estropeado esto y ahora hay que cambiar la caja que le va a costar 20 euros más IVA, más 50 euros de desplazamiento del operario, más IVA, total unos 80- 90 euros que se le pasarán en su próxima factura—. El operario es expulsado del lugar advirtiéndosele de que se tiene consciencia de que ha venido a realizar una estafa y se da aviso a la compañía por teléfono de lo sucedido. El cliente desatornilla la caja, devuelve los hilos de cobre a su posición inicial y el servicio se restablece.
Es físicamente imposible que esos hilos se hallan montado como consecuencia de meter y sacar la clavija. Por otro lado, la sucesión de los acontecimientos demuestra que no, que la explicación dada por el técnico no tiene sentido. La conexión se perdió a las 2.00-2.30 de la madrugada en la noche del viernes al sábado mientras el cliente hacía uso del ADSL, coincidiendo con una tormenta eléctrica. Sin más, dejó de funcionar —¿Cómo es posible que los hilos se saliesen de su sitio, se montaran y se cortocircuitasen?, sencillamente no es posible, no fue eso lo que ocurrió.
Sí, no es difícil imaginar a múltiples usuarios llamando al servicio técnico comentando que debe haber caído un rayo porque repentinamente han perdido la conexión. —No se preocupe que tomamos nota de su reclamación y trabajamos para solucionarlo—.
Cuando se está sometido a un Gobierno cuajado de incompetentes que no toman medidas ni por asomo contra estos engaños múltiples, pues lo que se está haciendo es fomentar el timo, el hurto; "…el río revuelto…". Tiene el gobierno, la desfachatez, la tremenda cara dura y la habilidad delictiva de reclamar a la oposición que le dé ideas para recuperar un cauce económico solvente. —¡Oiga, deje usted de meter la mano en la caja!, ahí tiene una medida económica.
Ortega y Gasset hace un análisis muy claro de la situación en este sentido en "La rebelión de las masas".
"La función de mandar y obedecer es la decisiva en toda sociedad. Como ande en ésta turbia la cuestión de quién manda y quién obedece, todo lo demás marchará impura y torpemente. Hasta la más íntima intimidad de cada individuo, salvas geniales excepciones, quedará perturbada y falsificada. Si el hombre fuese un ser solitario que accidentalmente se halla trabado en convivencia con otros, acaso permaneciese intacto de tales repercusiones, originadas en los desplazamientos y crisis del imperar, del Poder. Pero como es social en su más elemental textura, queda trastornado en su índole privada por mutaciones que en rigor sólo afectan inmediatamente a la colectividad. De aquí que si se toma aparte un individuo y se le analiza, cabe colegir, sin más datos, cómo anda en su país la conciencia de mando y obediencia".
"La vida creadora supone un régimen de alta higiene, de gran decoro, de constantes estímulos, que excitan la conciencia de la dignidad. La vida creadora es vida enérgica, y esta sólo es posible en una de estas dos situaciones: o siendo uno el que manda, o hallándose alojado en un mundo donde manda alguien a quien reconocemos pleno derecho para tal función; o mando yo, u obedezco. Pero obedecer no es aguantar -aguantar es envilecerse-, sino, al contrario, estimar al que manda y seguirlo, solidarizándose con él, situándose con fervor bajo el ondeo de su bandera".
Un saludo, J. M. Mora
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