jueves, 29 de abril de 2010

CLARIDAD CONSTITUCIONAL

NUESTRA NORMA BÁSICA NO PUEDE SER MÁS CLARA

Resulta chocante que una persona tenga la capacidad de asumir el cargo de Diputado por Alicante en la sede de la política nacional a la edad de 24 años, empero, no tenga el sentido lo suficientemente claro como para comprender lo que expresa La Carta Magna en su articulado.

“Artículo 3.

1. El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla.
2. Las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos.
3. La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección.”

No se ajusta a los principios emanados en nuestra Constitución la propuesta del Sr. Bofill. En la era de la revolución de las comunicaciones que vivimos, donde una noticia recorre los más recónditos foros en cuestión de segundos por todo el orbe, no debería permitirse que esta Senadora, excusándose en el hecho de poner un ejemplo de la pluralidad lingüística de España protagonice este tipo de actuaciones.

JOSÉ LUIS RODRIGUEZ ZAPATERO, LO QUE ESPAÑA NO NECESITA

Online, publicado por Reggio’s, he podido leer un artículo de Cristóbal Montoro, en el que se señala: “La salida de la crisis en España no es un problema de apoyos políticos, que al Gobierno nunca le han faltado, sino de encontrar el diagnóstico y el tratamiento que la enfermedad necesita.”

En mi opinión y por obvio que pueda parecer la enfermedad está muy clara, es de una claridad cegadora; nos encontramos ante un caso claro de “Rodriguítiz Zapateraria Aguda”.

Y es que España es un Estado cuya forma política es la de una Monarquía Parlamentaria, en el que como tal: El Rey, tiene una serie de funciones constitucionalmente atribuidas. Asimismo el Presidente del Gobierno es el Jefe del Gobierno del País; pues bien, nuestro Presidente de Gobierno, democráticamente elegido, es José Luis Rodríguez Zapatero, nada más y nada menos.

Nos encontramos ante un macrobio braquicéfalo, que parasita por costumbre con una especie de sorna funámbula. Deambula entre la imitación al parkinson y una sonrisa que recuerda la idiocia humana.

Su condición básica es la de oportunista. Ésta le ha llevado a ocupar un puesto destacado en nuestra sociedad, pero veamos; Oportunista, según la RAE, online: Que practica el oportunismo (1. Actitud o conducta sociopolítica, económica, etc., que prescinde en cierta medida de los principios fundamentales, tomando en cuenta las circunstancias de tiempo y lugar. En sentido peyorativo. 2. Actitud que consiste en aprovechar al máximo las circunstancias para obtener el mayor beneficio posible, sin tener en cuenta principios ni convicciones.).

No se puede esperar de éste dirigente político que lidere salida de crisis alguna puesto que su condición esencial es ésta. Lo que a él se le da bien es el permanecer agazapado esperando a que las circunstancias se tornen de alguna manera que él pueda aprovechar, situándose en medio del fregado, mirando a todos con una expresión estúpida, con la que siempre parece decir lo mismo: mirad, mirad, estoy aquí, y no he hecho nada para merecerlo.

LA RECUPERACIÓN ECONÓMICA NO ES COMPATIBLE CON LA PERMANENCIA EN EL TIEMPO DE LA CÚPULA DE BARCELÓ

No digo paro, es que ante semejante patraña pictórica se te pueden quitar las ganas de poner el despertador de por vida.

Me resulta nauseabundo coexistir con este aficionado al estreñimiento humano con este vándalo encubierto, bien remunerado, aunque no por ello patearé su cara en un vagón. Quizá, si lo viese por ahí en alguna parada de autobús, le daría un besito.

Está bien que todos podamos vivir en paz y armonía. La Iglesia Anglicana es tan permisiva que incluso dentro de sus iglesias, tiene cabida una cruz invertida como símbolo del anticristo, que también tiene derecho el hombre y no digo que no.

Solo digo: “y luego…”, luego de Barceló ¿qué? ¿Se puede salir de esta crisis? Sí, se puede, podemos, seguro, podemos, aunque por el momento la nausea me impide pensar con claridad.

Un saludo, J.M. Mora

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